
Las ventajas del “cardio”
Seguro, levantar pesas y hacer ejercicios de resistencia contribuye a que tengas una mejor postura y músculos más definidos, pero si de bajar peso se trata nada se compara con el ejercicio cardiovascular. Si logras caminar a paso acelerado, trotar o nadar por media hora o más un par de días a la semana, estarás no sólo logrando una mejor figura, sino contribuyendo notablemente a mejorar tu estado de salud general.
El “cardio” contribuye a bajar la presión arterial, mantener un peso saludable, controlar el azúcar y estimular la salud pulmonar. “El ejercicio cardiovascular es una actividad que envuelve grandes músculos del cuerpo, incrementa la frecuencia cardiaca, es continuo y rítmico”, explica Nieca Goldberg, jefa de la división de cuidado cardiaco femenino en el Hospital Lenox Hill de Nueva York. Caminar, montar bicicleta, trotar, nadar y bailar constituyen actividades “cardio”.
Cuánto “cardio” necesitas
En el momento en que una mujer se sube sobre su bicicleta (estática o no), comienza a correr sobre una trotadora o en la calle, un sinnúmero de cosas comienzan a suceder que la ayudan a mantener un corazón saludable. “Si se practica de manera regular, el ejercicio cardiovascular ayuda a evitar problemas cardiacos”, dice la Dra. Goldberg. De acuerdo con la American Society of Hypertension, el ejercicio cardiovascular constituye la forma número uno de controlar la presión arterial.
Según la doctora, una mujer que practica ejercicios cardiovasculares de forma regular notará una mejoría en su presión arterial entre 3 y 4 semanas; sin embargo, dicha rutina deberá mantenerse por lo menos por un año para que el impacto sea significativo. En otras palabras, lo ideal es hacer del “cardio” parte de tu rutina regular de ejercicios. Lo importante es escoger una actividad que realmente disfrutes, y por ende practiques de forma regular.
Midiendo la intensidad
La mejor forma de determinar si el ejercicio que realizas está teniendo un verdadero impacto positivo en tu cuerpo es medir tu ritmo cardiaco ideal. Para saber cuál es tu número, calcula tu máximo ritmo cardiaco restando tu edad a 220. Después, toma entre 70 y 85 por ciento de este número y tendrás tu ritmo cardiaco ideal. Por ejemplo, si tienes 30 años este deberá mantenerse entre 133 y 162 latidos (220-30= 190; 190x o.70= 133; 180×0.85= 162). Así:
20 años: 140 a 170 latidos
30 años: 133 a 162 latidos
40 años: 126 a 153 latidos
50 años: 119 a 145 latidos
60 años: 112 a 136 latidos
70 años: 105 a 128 latidos
Fuente: Fitness Magazine
Foto: Wavebreak Media
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