
Xoconostle: un ácido muy sabroso
Cada país o ciudad tiene un ingrediente propio capaz de enamorarnos o dejarnos boquiabiertos. Hoy te presento uno muy curioso para mí, ácido pero sabroso y típico de la cocina ancestral mexicana: el xoconostle o tuna ácida que conocí recientemente en un viaje a Guanajuato.
El xoconostle es más pequeño que el fruto del cactus conocido como tuna. Es de forma esférica, cáscara rugosa con espinas de menor tamaño y su color varía según la especie. Las más comunes son la especie blanca, de cáscara y pulpa blanquecina; y la variedad Flor de mayo, roja, de cáscara muy gruesa y poca pulpa.
El xoconostle es tan peculiar porque se usa como hortaliza y condimento y no como fruta. A diferencia de la tuna, de la que se consume la pulpa, del xoconostle lo que se come es ¡su suculenta cáscara!, de 1 a 1.3 cm de grosor. La pulpa está formada por semillas unidas por un compuesto viscoso.
Lo encontrarás prácticamente durante todo el año, porque es muy poco perecedero. Es más, puede permanecer en la planta hasta por un año ¡sin echarse a perder!
Como ya te he contado, su sabor es ácido, pero un ácido muy sabroso. En México es común comerlos pelados en crudo con sal. Puedes usarlo para una salsa, en ensaladas o como condimento y aperitivo. Se hacen postres, panes, mermeladas y platillos con carne y diferentes chiles. Es un buen espesante en caldos y guisos. En el tradicional “mole de olla”, el xoconostle es la estrella. Para refrescar, se elabora agua de xoconostle. También se vende deshidratado, en almíbar, en mermelada, en licor y como saborizante.
¿Necesitas ideas? Prueba una ensalada de xoconostle, jícama, naranja, varios quesos y chile piquín verde, verás qué delicia. Cocínalo asado y machacado con chile y acompañado con frijoles. O simplemente fresco con miel o algún cítrico… ¡no te engordará nada!
Además, es bueno para la diabetes, el colesterol, la colitis y como laxante. En infusión, mejora la tos, la migraña y el dolor de cabeza.
Descubre ingredientes nuevos, experimenta en tu cocina y disfrútalos en buena compañía. ¡La Cocina No Muerde!
Comentarios