
Si es de piel fina… ¡elige orgánico!
Me vuelve loca lo natural, lo sano y lo sabroso, por eso me encantan las frutas y verduras orgánicas o que sean de productores locales que me aseguren que tienen el mínimo o ningún pesticida ni antibiótico. Hoy me propongo enseñarte qué frutas y verduras suelen estar más contaminadas de productos químicos, para que sea en esas en las que te gastes un poquito más de $ cuando el presupuesto apriete.
Cuanto más fina es la piel de una fruta u hortaliza, más fácil es que absorba pesticidas y otras sustancias químicas nocivas para nuestro cuerpo. Gracias al estudio del Environmental Working Group (EWG) de Washington, sabemos ya que los alimentos de pieles finas están mucho más contaminados que los de piel más gruesa. Y lamentablemente no basta con lavarlos o pelarlos.
Toma nota pues las hortalizas como las espinacas, las coles, los pimientos, las papas, la lechuga y el apio y frutas como las cerezas, las uvas, los melocotones, las manzanas, las nectarinas, los arándanos y las fresas piden a gritos que los consumas orgánicos. Por tu salud y la de los tuyos, sobre todo la de los niños, que son más vulnerables a estas sustancias, porque sus cuerpos son más pequeños y están en proceso de crecimiento.
Recuerdo que de niña salía en enero y febrero a buscar fresas silvestres en mi país, cuando visitaba los pueblos más frescos de la montaña. ¡Aquellas sí que eran naturales! Las fresas se ponen de moda en este mes del amor porque además de estar de temporada, son afrodisíacas, dicen que son el perfecto alimento para los amantes y hasta son asociadas en la literatura erótica como parte del cuerpo humano femenino. Van perfectas en todo tipo de recetas, desde una margarita de fresa, un batido, un aderezo para ensaladas, una salsa y, obviamente, en postres como la deliciosa panna cotta de fresas con crema batida de queso o las fresas con crema batida de queso de cabra.
Ponle pasión a tu mesa de los enamorados con estas bellas damiselas rojas, ¡conquistarás cualquier paladar! La Cocina No Muerde.
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