
Supera tus inseguridades en el amor
El amor es, como cualquier otro elemento de la vida, un riesgo que queremos con nuestra alma que funcione bien, pero no siempre resulta así. Pocas cosas logran dar tanto temor como abrir nuestra vida, corazón e intimidad a otra persona y arriesgarnos a salir heridos. Sin embargo, el amor es otra etapa de la vida que dure o no “para siempre” vale la pena disfrutar sin la sombra del temor. Más fácil decirlo que hacerlo, ¿verdad? Las inseguridades no sólo se convierten en un elemento de estrés e incomodidad para quien las sufre, sino que al final terminan agotando las relaciones y muchas veces alejando a la pareja… irónicamente lo que se temía (y quería evitarse) desde el principio. Estar en una relación íntima con alguien nos hace sentir emocionalmente vulnerables, especialmente si hemos sido heridos antes. ¿Me dejarán o rechazarán? ¿He hecho algo para indisponerlos? y esto es demasiado bueno para que dure, son algunas de las cosas que podemos llegar a pensar.
Lo real y lo imaginado
La inseguridad genera ansiedad y esta nos lleva a ver cosas que realmente no existen. En muchos casos no poder controlar el vuelo que toman nuestras mentes nos lleva a terminar una relación antes de que “nos hagan daño” sin que siquiera existan indicadores de que este era el camino que tomaría.
Entrar en un constante ciclo de paranoia donde sobreanalizamos cada acción, pensamiento, silencio, etc. de nuestra pareja no solo es exhaustivo, sino inútil, no nos es posible leer las mentes de los demás. Antes de entrar en pánico respecto a algo, piensa si no es producto de tu imaginación. Las relaciones, como todo lo demás en la vida, tienen muchas y variables etapas que son naturales y sanas.
Suéltalo
Pensar que una relación debe ser exactamente como la pensamos es la peor de las trampas y la raíz de muchas inseguridades. Si tu pareja no actúa como tú quisieras en un momento dado o no dice lo que tú esperas, eso no significa que no sea el hombre para ti o que la relación vaya en declive. Recuerda que como humanos no hay dos iguales.
La necesidad de saber que tu pareja realmente te ama, piensa en ti o está comprometido es una forma obsesiva de control que crea una tensión innecesaria en la relación. Más allá, las personas inseguras lo seguirán siendo así les digan mil veces que son amados, porque no lo creen.
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