
¿Puedes bajar de peso si haces dieta con semillas de chía?
En un mundo cada vez más globalizado, es común que se difundan y se hagan populares las comidas de cualquier cultura por todos los continentes. Por eso hoy en día, sobre todo en las grandes ciudades, contamos con la opción de incorporar a nuestra dieta los platos de nuestros países de origen, o de probar platos e ingredientes diferentes que enriquezcan nuestro paladar, mejoren nuestra salud y mantengan a raya la monotonía.
Unas de las recién llegadas al estrellato de la variedad son las semillas de chía, que después de varios años de estar reducidas a los anaqueles de las tiendas de alimentos saludables y algún que otro supermercado, está extendiendo su presencia y aceptación. La chía (salvia hispánica) es una planta que se cultivaba en América desde antes de la llegada de los conquistadores, y formaba parte de la alimentación básica de los mayas y los aztecas. La chía se puede comprar en semillas, barras energéticas, bebidas y otras formas, y algunas campañas publicitarias la promueven como alimento maravilloso y la nueva magia para bajar de peso.
¿Cuáles son los beneficios de la chía?
Si tu objetivo es perder unas libras, las semillas de chía no son la solución; la única vía sigue siendo una dieta saludable, un buen control de las calorías y realizar más ejercicios físicos… pero eso no significa que estas semillitas estelares no tengan ningún beneficio. Además de su versatilidad y su sabor agradable (a diferencia de su rival más cercano, las semillas de linaza), la chía tiene buenas propiedades y puede ser un excelente complemento a tu alimentación:
• Son una excelente fuente de antioxidantes y de ácidos grasos omega 3
• Unas dos cucharadas contienen 10 gramos de fibra dietética
• Son ricas en proteína y minerales como calcio, magnesio y zinc
La chía se puede consumir en cualquiera de sus formas, ya sea cruda como parte de una merienda o añadiéndosela a un smoothie o a un yogur. Pero eso sí, ten en cuenta que todos los excesos suelen tener consecuencias, y en este caso, el exceso de fibra puede provocar estreñimiento y otros malestares de estómago. Si padeces de alergias o estás tomando medicamentos para la presión, debes ser cautelosa y consultar con tu médico antes de empezar a consumirlas.
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