Los esposos que ayudan en la casa tienen menos sexo

Un reporte adelantado en Estados Unidos y España y presentado en el diario American Sociological Review estableció que los hombres que comparten las labores del hogar con sus esposas tienden a tener menos sexo que aquellos que tienen una unión más “tradicional”.

De acuerdo con los autores, las relaciones monógamas donde el esposo forma parte activa de las responsabilidades domésticas experimentan una disminución significativa en la frecuencia y calidad del acto sexual. Los resultados de este estudio contradicen a la mayoría de los realizados anteriormente que sugerían que los hombres casados tendían a ayudar con las labores domésticas “a cambio” de más sexo.

El nuevo estudio, sin embargo, se tomó la molestia de analizar el impacto psicológico que realizar las distintas labores domésticas tiene en el hombre. Por ejemplo, las parejas casadas en las que la mujer cocinaba, demostraron tener una vida sexual más activa. Lo mismo ocurrió en el caso de la limpieza y compras. Mientras que los hombres demostraron no verse sexualmente “afectados” si su responsabilidad incluía la jardinería, plomería, arreglos del carro y pago de los recibos.

“Los resultados mostraron que el género sigue determinando mucho cuando de labores domésticas se trata y que esto se ve reflejado en su vida sexual”, explicó Julie Brines, profesora de sociología de la Universidad de Washington y coautora del estudio.

El otro lado de la moneda es que el no ayudar con las labores tradicionales del hogar puede incrementar los conflictos en el hogar y disminuir el nivel de satisfacción marital de las esposas, por lo que los hombres no deben usar los resultados del estudio como excusa para no colaborar en casa, dijo su autor principal Sabino Kornrich.

Curiosamente el estudio también estableció que la gran mayoría de las mujeres están más dispuestas a darles la mano a los hombres con lo que son tradicionalmente “sus” tareas que el caso contrario.

En el caso de las mujeres estas mostraron el mismo nivel de satisfacción sexual en los hogares “modernos” y los “tradicionales”.