
Aprende a balancear tu ánimo
Que levante la mano quien nunca haya sentido que está enloqueciendo. De pronto sientes que pierdes el control de tus emociones con facilidad y que pasas de la alegría a la tristeza sin explicación. No sabes si es cuestión hormonal o si sencillamente te levantaste con el pie izquierdo.
Todos tenemos un día de perros o una tarde infernal de vez en cuando. De eso no cabe duda. El detalle es poder determinar con cuánta frecuencia experimentas cambios de ánimo fuertes. Y si tus amigos ya andan llamándote Aladino (porque con nada más de frotarte, sale el genio), quizás es hora de hacer algo al respecto.
Pero, ¿cómo anticipar estos mood swings, para al menos poder alertar al resto del mundo cuando se acerca el estallido de rabia (o felicidad)? He aquí la respuesta:
1. Aprende a identificar cuáles son los detonantes que hacen salir al genio de su botella. El trabajo, la gente malintencionada, el calor, el hambre, la falta de sueño…
2. Una vez que sepas cuál es tu límite, tienes la mitad de la pelea ganada. Ahora será cuestión de hacer algo al respecto. Busca trabajo en otra parte. Haz limpieza en Facebook y saca a todo el que te caiga mal. Come al menos tres veces al día y lleva snacks contigo siempre. Carga un abanico en tu bolso. Divide mejor tu tiempo: duerme más, fiestea menos.
3. Haz yoga, brinca… lo que sea para liberar estrés. Relájate y coopera.
4. Cuando regrese la calma a tu vida, medita, respira hondo, háblale a tu ser interior y dile a tu mente que por favor guarde silencio y te deje escuchar tu intuición. Ella siempre sabe qué es lo mejor, pero no siempre la oímos.
5. Comunica lo que has logrado identificar. Más vale decir a tiempo algo así como “aléjate que estoy que me cortan y no boto sangre”.
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