Perder peso puede ser tan sencillo como beber agua

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De acuerdo con una serie de estudios realizados recientemente por la Universidad de Berlín en Alemania, perder peso podría ser tan fácil y accesible como beber más agua diariamente.

Según Reuters, investigadores de varias instituciones han encontrado que el consumo diario de agua es un factor beneficioso a la hora de comenzar una dieta.

Una investigación llevada a cabo por científicos de Virginia Tech sostuvo que aquellas personas que beben por lo menos un litro de agua al día tienden a rebajar más rápido. Hallazgos mostraron además que de los participantes, los adultos que tomaban dos tazas de agua antes de comer perdieron alrededor de cuatro libras más que un grupo que no ingirió la bebida.

Asimismo, expertos han demostrado anteriormente que beber dos vasos de agua antes de comer ayuda a reducir el apetito y hace sentir el estómago más lleno, por lo que la persona siente menos hambre, consume menos alimentos y a largo plazo pierde peso.

Aun cuando los investigadores todavía no cuentan con suficiente evidencia que sostenga cómo el agua podría tener un rol activo en el peso de un individuo, entienden que podría tener que ver con el consumo de la energía que el mismo cuerpo produce al momento de digerir el líquido.

Por su parte, en su libro The Plan, la nutricionista Lyn–Genet Recitas explica que tomar suficiente agua además, mantiene los niveles de energía balanceados. La autora recomienda que se debe beber por lo menos la mitad del peso total de tu cuerpo en onzas diariamente para poder ver los resultados.

Más allá del peso, es importante recordar que el agua debe ser parte de nuestra dieta diaria para mantener una buena salud. De acuerdo con los Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos, tomar agua ayuda a prevenir enfermedades como el estreñimiento, infecciones urinarias o de la vejiga, entre otras.  

Aunque no existen investigaciones que revelen la cantidad de agua que se debe tomar diariamente, la entidad recomienda ingerir entre seis y ocho vasos de agua de ocho onzas al día, y aun más durante temporadas de mucho calor o luego de actividades físicas fuertes.