
Cómo celebrar el Día de la Madre con tus mascotas
Este domingo se lo dedicamos a mami. Esa gran mujer que con paciencia infinita y sabios consejos nos ha ayudado a formarnos como seres humanos de bien. El día en que le agradecemos la vida que con tanto sacrificio nos ha dado. En un mundo ideal, la cadena continúa y la hija es ahora madre, inculcando las enseñanzas aprendidas a una nueva generación.
Pero, ¿qué pasa cuando tus hijos tienen 4 patas y un rabo? Les das todo el cariño y cuidados del mundo, los consideras tus chiquillos, te desvives cuando alguno está enfermo, en ocasiones llegando a gastar lo que no tienes para salvarlo. ¿No es eso amor de madre?
En esta columna pensamos que sí. Hoy te celebramos a ti, mamá de tu mascota.
Quizás lo adoptaste cuando no tenía ni un mes; con ojos cerraditos y un futuro incierto. Pero tu instinto materno se activó y fueron muchas semanas de – cual bebé humano – levantarte cada 3 horas para darle su biberón. Con paciencia lo fuiste entrenando para que aprendiera que tus zapatos no son un inodoro y que hay un lugar específico para hacer las necesidades. ¿Cuántas reliquias familiares rompió durante ese primer año? El coraje te pudo haber consumido, pero nuevamente la paciencia de madre y el saber que “es una etapa, hay que enseñarle” cambió la situación. Estás orgullosa de tu mascota. Llevas el móvil cargado de fotos con momentos que para ti son hermosos y no pierdes oportunidad de mostrárselas a quien te pregunte si tienes hijos. Su cara de sorpresa al ver el hocico cuando esperaban ver la cara de un niño no te desanima. Te ríes cuando te dicen “no es lo mismo, te quiere porque le das comida”, porque has sido testigo en demasiadas ocasiones del amor incondicional de tu mascota. Te conoce tan bien que sabe cuándo necesitas que se acurruque contigo, que tu tono de voz le indica cómo te sientes, que conoce tu llanto y se sienta contigo cual mejor amiga. No es solo un perro, gato, reptil o pájaro; se ha convertido en parte de ti, parte integral de tu vida.
El amor del humano a su mascota no conoce edad. Son tantas las abuelitas que al verse solas piensan que su vida va terminando pero tan pronto adoptan una mascota, la luz regresa a sus ojos. El perrito o gatito les devuelve los deseos de vivir. Tienen un nuevo niño que criar, se sienten útiles, necesitadas por alguien.
Los estereotipos van cambiando. Vamos entendiendo que no todas las mujeres pueden o sienten el deseo de convertirse en madres de un niño. Una decisión que no es fácil de admitir y que debemos como sociedad aplaudir. Pero el no tener niños no significa que la mujer no siente ese deseo de ayudar, de dar amor. Algunas se convierten en maestras y enfermeras; otras se dedican en cuerpo y alma a salvar animales, a ayudar en los albergues, “criando” de otra manera. Celebra esta festividad junto a todos los seres con los que compartes tu vida.
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