
“Petting”, sexo sin penetración
Que el sexo no es sexo si no hay penetración, es una de las percepciones erróneas que aún existen en muchas de nuestras mentes. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la sexualidad humana abarca tanto el coito como el erotismo, la intimidad y el placer, por lo que no se ve únicamente reducida a la penetración. La práctica del “petting” te permite alcanzar el orgasmo sin penetración, lo cual no es sólo posible sino satisfactorio.
El “petting” deriva del verbo en inglés “to pet” (acariciar, mimar o consentir en referencia a la mascota) nos sugiere que nos concentremos en lo que solemos llamar “juego previo”. Los besos, las caricias, la masturbación mutua y los abrazos son elementos no sólo fundamentales, sino que por sí solos pueden lograr hacernos llegar al éxtasis sexual.
El “petting” es algo que no se aprende, si no se hace, se practica y se dirige entre dos. Si llevas tiempo con tu pareja, conoces todo lo que lo excita y lo lleva a sentir un placer intenso, estás en el punto adecuado para practicar este tipo de sexo. Si recién comienzas a explorar su cuerpo y él el tuyo, el “petting” te dará una excelente oportunidad de exploración.
¿Cómo practicar el “petting”?
Una vez convencidos y dispuestos, es importante que tú y tu pareja se comuniquen respecto a lo que les gusta; muchas cosas ya las sabrán por experiencia, pero no está de más esculcarse el gusto.
De ahí, la imaginación es el único límite: desde los besos, hasta los masajes sensuales, pasando por el sexo oral y la masturbación, todo lo que no sea penetración se vale.
Si lo quieren llevar más allá, pueden incluir escenas románticas, juguetes sexuales, lubricantes, disfraces y juegos de rol, todo con miras al placer mutuo.
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