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Drenaje linfático: qué es y para qué sirve

Cuando se trata de ayudar a nuestro cuerpo a lucir mejor, probamos de todo para lograrlo. Bueno, casi. Y es que, mientras hay cambios corporales que no podemos evitar, hay otros que sí se puede retrasar o mejorar su apariencia.

Un ejemplo de ello es la retención de líquidos y la temida piel de naranja, dos factores que pueden causar mucho estrés a quién lo padece. Sin embargo, para tratarlos podemos echar mano de un procedimiento que se ha popularizado en los últimos años: el drenaje linfático.

¿Qué es el drenaje linfático?

El drenaje linfático es un masaje que se realiza en partes estratégicas del cuerpo con la finalidad de activar los vasos linfáticos para mejorar la circulación y eliminar el líquido intersticial, o la linfa. 

Este procedimiento ayuda a reducir la apariencia de la piel de naranja, la retención de líquidos y, por ende, permite una reducción de tallas al finalizar el procedimiento. De igual manera, se utiliza para tratar edemas quirúrgicos o cicatrices, y permite relajar músculos tensos mejorando así la apariencia, el funcionamiento y la salud del paciente.

A decir de expertos, el sistema linfático es el encargado de transportar los desechos de las células hasta la sangre hasta que finalmente el cuerpo los expulsa naturalmente. Una falla en este sistema puede provocar edemas y retención de desechos debido a un estancamiento. Con el masaje linfático se reactiva este proceso a través de la presión efectuada en la zona afectada arrastrando así los líquidos retenidos. De esta manera, el cuerpo recibe un impulso para poder continuar con el proceso de depuración. 

Además de problemas con el propio sistema linfático, algunas otras causas que puedan necesitar de este tipo de procedimientos son edemas venosos, malnutrición, tratamientos oncológicos, etc.

Beneficios

Algunos de los beneficios que podemos obtener el drenaje linfático son:

  • Reducir la inflamación causada por la retención de líquidos.
  • Al ser un masaje suave e indoloro, ayuda a relajar y liberar el estrés.
  • Mejora el aspecto de la piel y es un buen aliado a la hora de tratar celulitis y acné.
  • Permite tratar problemas como la migraña gracias a su efecto relajante.
  • Mejora la circulación sanguínea por lo cual puede ser una opción para tratar várices.

Aunque pueden ser muchos los beneficios, es importante consultes con tu médico antes de someterte a este tratamiento y más aún si padeces infecciones, problemas de trombos, hipertensión o asma ya que puede tener contraindicaciones severas.

 
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