
Amaranto: un ingrediente que tu dieta necesita
¿Estás buscando una fuente de proteína saludable para incorporar a tu dieta? Las semillas de amaranto pueden ser la respuesta. De la planta de amaranto se sabe que se cultivaba en el continente americano desde los tiempos precolombinos, y los mayas y los aztecas la consumían por su alto valor nutricional. Ya desde entonces se le atribuían hasta propiedades afrodisiacas y sus semillas se usaban en ritos religiosos. Hoy en día se sabe que esta semilla es además, buena fuente de calcio, ácido fólico y vitamina C.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que una combinación de amaranto y arroz en cantidades similares puede servir para satisfacer las necesidades de consumo diario de proteínas. También los aminoácidos presentes en las semillas de amaranto se acercan a las cantidades recomendadas para nuestra alimentación. En comparación con otros cereales como la cebada, el maíz, el trigo y el centeno, la proteína del amaranto tiene más cantidad de lisina, un aminoácido esencial que aporta numerosos beneficios para la salud.
¿Dónde conseguir y cómo cocinar el amaranto?
Al igual que la quinoa, los granos de amaranto se cocinan muy rápido y tienen un sabor delicado y son ligeramente crujientes. También como otros granos, se pueden tostar un poco antes de cocinarlos para intensificar el sabor, pero con mucho cuidado: los granos pueden explotar como las palomitas de maíz. De hecho, de esa manera se consume en algunos lugares de América Central. Se debe añadir el doble de agua y cocinarlos sin sal durante unos 15 minutos a fuego lento, y luego experimentar nuevas recetas o usarlo como sustituto del arroz.
Además de preguntar en las tiendas de alimentos orgánicos y saludables, puedes comprar estos granos maravillosos por Internet, ¡incluso en el sitio de Walmart se consiguen buenas ofertas!
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