
¿Cómo saber cuáles son las mejores vitaminas para ti?
Tomar vitaminas y suplementos está de moda. Que si para el cabello, para tener energía, para mejorar la piel…en fin, una vitamina para cada problema.
Sin embargo, tomar vitaminas va más allá de agregar al carrito la marca más popular del momento. Más bien requiere conocer a fondo la marca y los ingredientes del producto que deseas comprar; pero, sobre todo, debes identificar las necesidades reales de tu cuerpo.
Este fue el punto de partida para Ximena Rosenberg, mommy blogger y madre de tres niños que, al ser diagnosticada con depresión post-parto, supo que necesitaba suplementos para balancear su cuerpo y mente.
Tapar un problema con pastillas
Al principio, sus doctores únicamente le recetaron medicamentos antidepresivos. “Es lo primero que hacen los doctores acá (en Estados Unidos)”, comenta.
Sin ser advertida de los efectos secundarios, pero deseado encontrar una solución a su depresión, Ximena comenzó a tomar effexort.
“Una vez me olvidé de tomarla y ese día me sentí muy muy mal, como si tuviera una resaca intensa; náuseas, cansada…no podía pensar”. Cuatro olvidos más le tomó darse cuenta que dichos síntomas eran por la falta de su pastilla. “Fue entonces cuando descubrí que uno de los efectos secundarios de ese medicamento es un síndrome de abstinencia parecido al de la heroína”, comparte.
Este fue el momento en que Ximena decidió invertir tiempo en conocer su cuerpo, más allá de solo medicarlo. “Realmente necesitamos un motivo grande para ponernos a investigar qué vitaminas necesitamos, por qué las necesitamos, cómo debemos tomarlas, y aparte, qué ingredientes contienen y de dónde vienen”.
Invierte tiempo en ti
El primer acercamiento que Ximena tuvo al mundo de las vitaminas fue a través del libro ‘Depression-free naturally’, con el cuál comenzó a comprender por qué su cuerpo se sentía así.
Pruebas de sangre, dos libros más y cuatro años después, Ximena ha identificado las necesidades de su cuerpo y mente. Lo que le permite saber qué debe tomar y cómo tomarlo.
“Tomo entre 25 y 30 pastillas diarias por tres semanas, con descansos de dos semanas para no saturar el hígado”, explica. Eso mismo fue una de las primeras cosas que investigó para no dañar sus órganos.
“Si te vas a meter vitaminas debes saber por cuánto tiempo, qué dosis, descansos, a qué horas las debes tomar, si las puedes combinar o no. Conoce tu cuerpo y lo que te tomas, y mira y revisa las marcas”, enfatiza.
Cómo afectan a la salud
Según informa Harvard Medical School, el principal problema con el negocio de las vitaminas es que no está regulado por la FDA (Food and Drug Administration), “lo que hace difícil saber si realmente tienen los ingredientes especificados en la etiqueta, o si están libres de contaminantes”, menciona en su portal.
Y algunos riesgos que se han identificado son:
- Altas dosis de betacaroteno (encontrado en la vitamina A) se han relacionado con mayor riesgo de cáncer de pulmón en fumadores.
- Altos niveles de calcio y vitamina D pueden causar piedras en los riñones.
- Altas dosis de vitamina K puede reducir la efectividad de anticoagulantes.
Pero, no todo son malas noticias. Según informes de la institución, adultos diagnosticados con osteoporosis sí requieren calcio y vitamina D adicional. Algunos suplementos pueden ayudar a las personas celiacas, y personas con deficiencia de vitamina B12 también requieren de una ingesta adicional.
No hay cosas buenas o malas cuando se trata de lo que necesita tu cuerpo. Al final, todo cae en conocer tu organismo, consultarlo con tu médico y procurar aquello que te haga sentir bien.
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